- Credulidad humana

El psicólogo B. R. Forer encontró que la gente tiende a aceptar descripciones personales vagas y generales como excepcionalmente aplicables a ellos mismos sin darse cuenta que la misma descripción podría ser aplicada a cualquiera. Forer convenció a la gente de que el podía leer exitosamente su carácter. Su exactitud asombró a sus sujetos, aunque sus análisis de personalidad fueron tomados de la columna astrológica de un puesto de periódicos sin tomar en cuenta sus signos solares. El efecto Forer parece explicar, por lo menos en parte, por qué tanta gente piensa que las pseudociencias "funcionan". Astrología, astroterapia, biorritmos, cartomancia, quiromancia, eneagramas, adivinación, grafología, etc., parecen trabajar porque aparentemente proporcionan análisis acertados de la personalidad.



Los estudios científicos de esas pseudociencias demuestran que no son herramientas válidas de valoración de la personalidad, sin embargo cada una tiene muchos clientes satisfechos que están convencidos de que son exactas. Con todo, la multitud de validaciones personales o subjetivas de tales pseudociencias no son de relevancia para su exactitud. La explicación mas común dada para responder al efecto Forer es en términos de esperanza, pensamiento deseoso, vanidad y la tendencia de tratar de hacer la experiencia algo fuera de lo común, si bien la explicación del propio Forer fue en términos de credulidad humana.

La gente tiende a aceptar afirmaciones acerca de ellos mismos en proporción a su deseo de que las afirmaciones sean verdad más que en proporción a la exactitud empírica de las afirmaciones medidas por algún patrón no subjetivo. Tendemos a aceptar declaraciones cuestionables y hasta falsas acerca de nosotros mismos, si las estimamos positivas o lo suficientemente halagadoras. Frecuentemente daremos muchas interpretaciones liberales a afirmaciones vagas o inconsistentes acerca de nosotros mismos con el propósito de hacer que tengan sentido tales afirmaciones.

Los sujetos que buscan asesoría de psíquicos, médiums, adivinos, lectores de la mente, grafólogos, etc., con frecuencia ignorarán las afirmaciones falsas o cuestionables, en muchos casos, por sus propias palabras o acciones, suministrarán la mayor parte de la información que erróneamente le atribuyen al consejero pseudocientífico. Muchos de tales sujetos con frecuencia sienten que los consejeros les han proporcionado información profunda y personal. No obstante, tal validación subjetiva es de poco valor científico.

El Psicólogo Barry Beyerstein cree que "la esperanza y la incertidumbre evocan poderosos procesos psicológicos que mantienen a todos los lectores de personalidad pseudocientíficos y ocultistas en el negocio". Estamos tratando constantemente "de darle sentido al bombardeo de información inconexa que encaramos diariamente" y "llegamos a ser tan buenos llenando y haciendo un escenario razonable de datos inarticulados de modo que algunas veces damos sentido a lo absurdo". Muy seguido llenamos los espacios vacíos y proporcionamos un retrato coherente de lo que escuchamos y vemos aún cuando un exámen cuidadoso de la evidencia nos revelaría que la información es vaga, confusa, obscura, inconsistente e ininteligible.

Los médium psíquicos, por ejemplo, con frecuencia harán muchas preguntas ambiguas y sin conexión en rápida sucesión de tal forma que da la impresión de estar accediendo a información personal acerca de los sujetos. De hecho, el medium necesita tener alguna comprensión de la vida personal del sujeto; así, el sujeto voluntariamente y sin darse cuenta proporcionará todas las asociaciones y validaciones necesarias. Los médiums se ayudan en este proceso usando técnicas de lectura fría. David Marks y Richard Kamman argumentan que una vez que una creencia o expectación es encontrada, especialmente una que resuelve una incertidumbre incómoda, predispone al observador a advertir nueva información que confirma la creencia, y a desechar la evidencia en contra. Este mecanismo autoperpetuante consolida el error original y construye una confianza excesiva en donde los argumentos opositores son vistos muy fragmentarios como para cancelar la creencia asumida. Considerando que un consejero pseudocientífico inspecciona una valoración de carácter de un cliente forjada con trampas pueden facilmente dirigir al error y la falsa ilusión a la gente mejor intencionada.

Barry Beyerstein sugiere la siguiente prueba para determinar si la aparente auntenticidad de las pseudociencias mencionadas anteriormente pueden o no ser debidas al efecto Forer, a la confirmación de prejuicios, o a otros factores psicológicos. (Nota: la prueba propuesta también usa validación subjetiva o personal y no es con la intención de probar la veracidad de alguna herramiente de valoración de personalidad, sino para contrarrestar la tendencia al autoengaño acerca de tales asuntos).

...una prueba adecuada tendría lecturas de un gran número de clientes quitando luego sus nombres de identificación (codificándolos de tal forma que pudieran más tarde ser reasignados a sus propietarios correctos). Después de que todos hubieran leído los perfiles anónimos de todos, se le pediría a cada uno que escojiera el que lo describiera mejor. Si el lector ha incluído material suficiente , único y pertinente, los miembros del grupo, en promedio, deben de ser capaces de ir mas allá de la casualidad al escoger el que les corresponda.

Beyerstein hace notar que "ningún método de lectura de personalidad pseudocientífico u ocultista... ha superado exitosamente tal prueba". El efecto Forer, sin embargo, sólo explica parcialmente por qué tanta gente acepta como acertados los procedimientos ocultistas y pseudocientíficos de valoración de la personalidad. La lectura fría, el reforzamiento comunal, y el razonamiento selectivo también son base de esas falsas ilusiones. También, debe admitirse que mientras que muchas de las afirmaciones valorativas de una lectura pseudocientífica son vagas y generales, algunas son específicas. Algunas de esas afirmaciones específicas cuando se aplican a un gran número de gente, algunas, por casualidad serán una descripción exacta de unos pocos. Podría esperarse cierto número de afirmaciones de valoracion específica pero son de poca importancia científica en la validación de la estimación global.

Se han hecho numerosos estudios del efecto Forer. Dickson y Kelly examinaron muchos de esos estudios y concluyeron que en conjunto hay un soporte significativo para la aseveración general de que los perfiles Forer son generalmente percibidos como correctos por los sujetos en el estudio. Además, hay un aumento en la aceptación del perfil si este se etiqueta como "para tí" . Valoraciones favorables son "más facilmente aceptadas como descripciónes correctas de las personalidades de los sujetos que las desfavorables". Pero las aseveraciones desfavorables son "más fácilmente aceptadas cuando provienen de gente con alto estatus que de gente de más bajo estatus". También se ha encontrado que los sujetos generalmente pueden distinguir entre declaraciones que son atinadas (pero que podrían ser aplicables a la mayoría de la gente) y aquellas que son únicas (acertadas para ellos pero no para el resto de la gente). Hay también evidencia de que las variables de personalidad tales como las neurosis, necesidad de aprobación, y autoritarismo están absolutamente relacionadas a la creencia en los perfiles tipo Forer. Desafortunadamente, la mayoría de los estudios Forer se han hecho únicamente en estudiantes universitarios.

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Nicolás Maquiavelo:

Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos. En general los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver pero pocos comprenden lo que ven.

1948 - George Orwell


Se trata de esto: el Partido quiere tener el poder por amor al poder mismo. No nos interesa el bienestar de los demás; sólo nos interesa el poder. No la riqueza ni el lujo, ni la longevidad ni la felicidad; sólo el poder, el poder puro. Ahora comprenderás lo que significa el poder puro. Somos diferentes de todas las oligarquías del pasado porque sabemos lo que estamos haciendo.

Todos los demás, incluso los que se parecían a nosotros, eran cobardes o hipócritas. Los nazis alemanes y los comunistas rusos se acercaban mucho a nosotros por sus métodos, pero nunca tuvieron el valor de reconocer sus propios motivos. Pretendían, y quizá lo creían sinceramente, que se habían apoderado de los mandos contra su voluntad y para un tiempo limitado y que a la vuelta de la esquina, como quien dice, había un paraíso donde todos los seres humanos serían libres e iguales.

Nosotros no somos así. Sabemos que nadie se apodera del mando con la intención de dejarlo. El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura. El objeto de la persecución no es más que la persecución misma. La tortura sólo tiene como finalidad la misma tortura. Y el objeto del poder no es más que el poder. ¿Empiezas a entenderme?