- La Perversidad, la Crueldad, y Tartufo

El otro día hablábamos con un amigo sobre la patología del psicópata y decíamos que es terrible, porque los neuróticos somos cada vez menos. Vivimos en un sistema que privilegia la psicopatía. Y, entonces, se te hace cada vez más y más difícil subsistir porque, en realidad, es mucho más fácil ser lo otro. Porque el psicópata no te registra, ni siquiera es que no le importa: no sos, simplemente estás en el camino.



No hay un reconocimiento del otro como otro. Igual, me parece que eso también tiene que ver mucho con el fenómeno de la crueldad. Hay diferentes categorías, por eso siempre me gustó mucho el tema. Psicópata es todo enfermo de la psiquis, ¿no? Pero, dentro de los psicópatas, están los neuróticos, los perversos, los psicóticos, por armar tres categorías muy grandes. Y yo creo que más que psicóticos, o sea, más que el que está en relación puramente ilusoria con el otro, creo que hay perversión… el perverso ignora la subjetividad del otro. Hacer una generalidad a partir de perfiles psicopatológicos me parece que es medio brutal… Y seguro que uno está incurriendo en algún error científico con todo esto. Pero, por lo menos hay un olor a perversión, digamos… (risas)

- A azufre…

Claro, a perversión. Hay una psicoanalista que yo respeto mucho, Silvia Bleichmar, que habla de la crueldad. A ella debo esta idea de la crueldad como no reconocimiento del lugar del otro, de la subjetividad del otro. […] Eso es lo que hace posible que alguien que está a cargo de cualquier cosa pueda arremeter con principios que ignoran al resto sin ninguna consecuencia. En escala entonces, podés tener un plan cultural de gobierno que ignore a la gente como entidad real. Es decir, a las personas que sufren, creen, se emocionan, se enojan, se alegran… en un contexto y desde una posición en el mundo.

- Hay como un festejo de ese tipo de patología. Se festeja, se estimula, los idolatramos hasta cierto punto. Por eso venía pensando en “Tartufo”. El Tartufo de Moliere, él era esta figura hipócrita de “lo que representa”, y lo que yo sentía en tu obra era que lo que tenía tu Tartufo de atractivo es “lo que ofrece”, no “lo que representa”. Cada personaje está representando un pedacito de algo más grande, pero lo que tienen es esta entrega absoluta al goce. Y este goce no como algo positivo, no como placer, como persecución del deseo…

El goce nunca es positivo, el placer es positivo, dicen los analistas. El pensamiento analítico me ha permitido comprender muchos fenómenos. Barthes dice otra cosa, porque le da al goce como una entidad diferente. El goce en psicoanálisis está más allá del principio de placer…

- El “puro goce”…

El puro goce. Totalmente, Tartufo está en el puro goce. Para él el otro no es sujeto… es un objeto. Por suerte cuando pongo una obra no pienso en estas cosas… solo me divierto o sufro. En este caso, me divertí bastante.

- Y los otros personajes… como las Marianas, que dicen “Tartufo entiende nuestras necesidades”, cuando Mariana en Moliere es una doncella. Y acá, en cambio, la oferta de Tartufo le/s encanta.

[…] El impostor, el que entra a la casa y subvierte un orden para su beneficio personal y todos caen en esa red. No queda nadie exento.

- Claro, lo que pasa es que acá lo que yo sentía es que ellos quieren eso, no es que son víctimas. Lo que él hace es canalizar eso que ya está allí.

Totalmente, eso es lo más… es interesante esa lectura, porque eso es lo más jodido de la obra. Que es necesidad de todos eso. Por eso estaba bueno que Tartufo no fuese un viejo decrépito. Que su poder no estuviese en la palabra, sino en el cuerpo, en la imagen.

- El otro día también me estaba acordando que en la entrevista del 2005 habías hablado de hacer una comedia como para relajarte un poco.

Ah, bueno, al menos en los procedimientos, como para distender un poco la fibra que te propone la tragedia. De todos modos no puedo parar de sentirme muy atraído por la tragedia. Creo que está ahí todo el tiempo. De hecho estoy en un equipo de investigación sobre la tragedia en la universidad (risas). El tema es: Las posibilidades e imposibilidades desde la tragedia, hay gente que lo va a trabajar más desde lo teórico y los que dirigimos desde la praxis de la dirección y la actuación, y ahí quedé enganchado con Medea, por ahí andaré.

- Igual, no me parece casualidad que esta vez haya sido Moliere en lugar de Esquilo.

No, para mí tampoco. No es adrede, no se bien qué pasa con esos movimientos, pero sí que cuando tomás distancia te das cuenta que no son casualidades. En aquel momento yo venía de “A mamá” y después fue “Bacantes” y creo que era un momento que se podía empezar a trabajar con la tragedia. De hecho, la fundación Konex en ese momento le propone a diferentes directores que monten tragedias, había algo en el aire que llevaba a lo trágico. Durante el montaje de “Bacantes” sucedió Cromagnón. Yo me acuerdo de estar haciendo la escenografía y decir con la escenógrafa “pero esto es una morgue. Estamos planteando una morgue, ¿queremos plantear eso?”. […] (Y) bueno, de hecho, me entero por la gente de prensa que hay dos puestas más de “Tartufo”

- Revisando la entrevista anterior, me acordé también de una cita de Marx. Vos decías que la comedia no era la tragedia porque terminaba antes y Marx decía lo contrario, que la comedia es la tragedia, pero después de pasado un tiempo. Esto me hizo pensar en lo que me pasó cuando vine a la función (de “Un Impostor”), porque decía “esto es pizza con champagne”, me llevaba al menemismo, y, lo que es peor, ¡están de vuelta! El otro día veía el debate de “Daniel, Mauricio y Jorge” y era para matarse, muy triste… y pensaba que esto no se puede hacer trágico, que la única manera de hacerlo…

Guillermo Cacace

http://www.imaginacionatrapada.com.ar

---------------------------------------------------------------------------------------
Compartir el conocimiento es una acción de seres inteligentes que han comprobado que el conocimiento es un bien que crece a medida que se lo comparte. Cuéntenos lo que opina e invite a sus amigos a leer estos artículos. Nuestro grupo de debates esta aquí: Forum
---------------------------------------------------------------------------------------

0 comentarios:

Publicar un comentario

Nicolás Maquiavelo:

Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos. En general los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver pero pocos comprenden lo que ven.

1948 - George Orwell


Se trata de esto: el Partido quiere tener el poder por amor al poder mismo. No nos interesa el bienestar de los demás; sólo nos interesa el poder. No la riqueza ni el lujo, ni la longevidad ni la felicidad; sólo el poder, el poder puro. Ahora comprenderás lo que significa el poder puro. Somos diferentes de todas las oligarquías del pasado porque sabemos lo que estamos haciendo.

Todos los demás, incluso los que se parecían a nosotros, eran cobardes o hipócritas. Los nazis alemanes y los comunistas rusos se acercaban mucho a nosotros por sus métodos, pero nunca tuvieron el valor de reconocer sus propios motivos. Pretendían, y quizá lo creían sinceramente, que se habían apoderado de los mandos contra su voluntad y para un tiempo limitado y que a la vuelta de la esquina, como quien dice, había un paraíso donde todos los seres humanos serían libres e iguales.

Nosotros no somos así. Sabemos que nadie se apodera del mando con la intención de dejarlo. El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura. El objeto de la persecución no es más que la persecución misma. La tortura sólo tiene como finalidad la misma tortura. Y el objeto del poder no es más que el poder. ¿Empiezas a entenderme?