Puertas adentro: los niños, víctimas de la violencia familiar. Crecen las denuncias por maltrato a chicos.
Las líneas telefónicas que reciben pedidos de ayuda en todo el país registraron en el último año un aumento del 30 por ciento. El 80% de los casos de violencia se da en el ámbito de la familia. Maltrato, negligencia y abuso sexual encabezan la lista de consultas. Muchas víctimas son menores de tres años
Hogar, dulce hogar... Para miles de niños argentinos, la frase tan popular resulta una perversa ironía. En ese mismo lugar, donde deberían sentirse más protegidos y seguros que en ningún otro rincón del mundo, sus padres y parientes más cercanos se transforman en sus principales enemigos.
De hecho, el 80 por ciento de los casos de maltrato infantil se da en el ámbito intrafamiliar. Y aunque en la Argentina no hay estadísticas oficiales, existen nuevos datos que reflejan la magnitud del problema. En septiembre de 2005, todos los centros de atención telefónica a niños y adolescentes que funcionan en las distintas provincias del país (doce líneas 102 y dos 0800) participaron de un encuentro que se realizó en la ciudad de Buenos Aires. La luz de alerta recayó en el aumento del 30% en las denuncias recibidas respecto de 2004.
"No podemos asegurar que este aumento se deba a una mayor cantidad de casos, sino que tal vez exista un creciente compromiso y una concientización del problema. La condena social también avanzó en este sentido. Temas sobre los que antes no se hablaba ahora se exponen ante la opinión pública, y eso también favorece la reacción de las víctimas a relatar su propia experiencia", dice la licenciada María Elena Naddeo, presidenta del Consejo de los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes de la ciudad de Buenos Aires.
En cuanto a las situaciones de violencia, el maltrato, la negligencia, el abuso sexual y el abandono (en ese orden) encabezan la lista de consultas.
"Con respecto al maltrato y la negligencia, hombres y mujeres comparten más responsabilidades. Pero en los casos de abuso sexual, el 95 por ciento de los victimarios son hombres", agrega Naddeo. Para Jorge Corsi, director de la carrera de especialización en violencia familiar de la Universidad de Buenos Aires, a pesar de los cambios que se han producido en el último siglo en relación con los roles de género, "la imposición de la propia voluntad de forma violenta y abusiva hacia los demás integrantes de la familia sigue siendo una característica predominantemente masculina".
Las cifras del Hospital de Niños Pedro de Elizalde revelan que los porcentajes de abuso sexual y maltrato infantil están casi al mismo nivel. Sin embargo, un dato impone mayor gravedad al problema: del total de chicos maltratados casi el 40 por ciento tiene menos de 3 años.
Son las 11 de la mañana de un sábado, y en las oficinas del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la ciudad la línea telefónica 102 (que funciona todos los días durante las 24 horas) no para de sonar ni un segundo. En el primer semestre de 2005 se registraron casi 7000 consultas por derechos vulnerados, que en realidad involucran a más de 12.000 chicos.
"Hay que tener en cuenta que en las estadísticas no contabilizamos los chicos que llaman para charlar o los que piden que les contemos un cuento porque están solos. Tampoco las bromas, insultos o amenazas", explica la coordinadora Silvina Czerniecki, mientras las dos operadoras de turno hablan incansablemente por teléfono.
Luego de esta primera asistencia, que en general sucede en el mismo momento en que se produce el hecho de violencia, cada caso se deriva a una de las 14 defensorías que funcionan en la Capital. También hay una guardia permanente de abogados, que actúa en situaciones de urgencia legal.
Por su parte, la Corte Suprema de Justicia resolvió crear una oficina para la atención de casos de violencia doméstica, y su puesta en marcha está prevista para mediados de año. Se trata de una iniciativa del presidente de la Corte, Enrique Petracchi, que designó a la prosecretaria jefe de la Corte, Analía Monferrer, como coordinadora del grupo de trabajo.
Sin estadísticas:
"Una de las demandas más recurrentes de los magistrados con competencia en asuntos de familia es poder evitar la demora, tanto de los integrantes del equipo médico interdisciplinario del Ministerio de Justicia como de los profesionales del cuerpo médico forense, en enviar el diagnóstico preliminar sobre la situación de riesgo", argumenta Monferrer, y agrega: "Otra de las falencias es que no hay datos estadísticos a nivel nacional. Actualmente, se podría saber la cantidad de denuncias que ingresan en el fuero civil de familia vinculadas con la ley de violencia familiar, pero se desconoce en qué cantidad de expedientes se han suscitado episodios de violencia doméstica. Asimismo, en el fuero penal puede conocerse la cantidad de causas con hechos calificados como homicidios, lesiones o amenazas, pero no se registra cuántas de esas conductas configuran, además, hechos de violencia doméstica".
En América latina y el Caribe, según el informe del Estado Mundial de la Infancia 2006 presentado por Unicef en diciembre último, alrededor de 6 millones de niños y adolescentes son víctimas de la violencia, el abandono y el abuso sexual por parte de sus padres o familiares más cercanos. Las consecuencias de la violencia para estos niños son devastadoras, y además de condenarlos a una infancia con una salud física y mental totalmente precarias la violencia también puede matarlos.
Y así lo hace, ya que a causa de estos maltratos más de 80.000 niños mueren por año en toda la región.
Por Soledad Vallejos
De la Redacción de LA NACION
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