- Psicología de la hipocresía

La hipocresía es el acto de fingir que se tienen cualidades, ideas o sentimientos que en realidad no se tienen. La palabra proviene del latín tardío hypocrisis y del griego hypokrisis, que significan acción de desempeñar un papel.

Con el advenimiento de la Sociedad de la Información, la hipocresía ha venido a ser un conjunto de reglas para moverse en el mundo. Aquí se debe destacar la naturaleza del conjunto de reglas, que oscilan entre lo permitido y lo prohibido, así como la capacidad de moverse en el mundo, reconociendo los contenidos simbólicos del mismo.

La hipocresía consta de dos operaciones, a través de las cuales se manifiesta en los modos simple y combinado: la simulación y el disimulo. La simulación consiste en mostrar lo que se desea, en tanto que el disimulo oculta lo que no se quiere mostrar.

Alguien que cree que tiene derecho a tener un amante pero que su cónyuge no tiene tal derecho, tiene doble moral. Sin embargo, alguien que condena todo lo relativo al adulterio pero lo comete, es hipócrita.



Psicología

La persona que realiza esta acción es llamada hipócrita. Cuando un hipócrita finge ser lo que no es lo hace muchas veces por la falta de autoestima, lo que obliga a tal persona a hacerse una imagen que desearía tener, la cual muchas veces esta muy lejos de su realidad. Se relaciona generalmente con una auto-decepción.

La hipocresía involucra escasez de honestidad. Un alcohólico o un fumador que advierte que no se hagan dichas acciones no es hipócrita. Sin embargo, alguien que condene fumar o beber, pero lo hace, es hipócrita. Fallar en cuanto a lo que uno cree correcto no es hipocresía. Por ejemplo, un conductor que exceda la velocidad máxima y crea que sea incorrecto no es hipócrita. Sí lo es quien no admite que excede la velocidad máxima y dice que la obedece, entonces eso es hipocresía.

Hipocresía y moralidad

En castellano hipócrita es el que deliberadamente y como hábito pretende ser bueno cuando sabe que no lo es. Pero el término mismo es una transliteración del griego hypokriteµs, que en general significaba actor teatral. Aunque en el griego eclesiástico adquirió pronto su significado moderno, parecería imposible demostrar que en el siglo I d.C. tenía este sentido. En la Biblia se lo emplea dos veces para traducir el hebreo h\aµneµf, ‘sin Dios’, ‘infiel’.

En el Nuevo Testamento la palabra hipócrita se usa solamente en las narraciones sinópticas, en relación con los juicios de Jesús sobre fariseos y escribas. Aunque las fuentes "farisaicas" reconocen y condenan la hipocresía en sus filas, el tenor general del Nuevo Testamento, los testimonios del siglo I sobre la enseñanza de los fariseos en el Talmud y el Midrash, y el apoyo que les prestaba la masa del pueblo, contribuyen a hacer que resulte difícil aceptar un cargo general de hipocresía contra ellos.

"La alegría de un hipócrita sólo dura un momento."
Job

"Con la sonrisa inmóvil en los labios se puede ser un vil."
Shakespeare

"Dios os ha dado una cara y vosotros os hacéis otra."
Shakespeare

"Una mentira va pisándole los talones a otra."
Terencio

"El que no esté seguro de su memoria debe abstenerse de mentir."
Montaigne

"El hombre que no teme a las verdades nada tiene que temer de las mentiras"
Thomas Jefferson

"Si tenéis motivos para sospechar que una persona os está diciendo una mentira, aparentad que creéis todas sus palabras. Esto le dará ánimos para continuar y se entusiasmará de tal manera con sus afirmaciones que acabará por traicionarse"
Schopenhauer

"El que recibe lo que no puede pagar, engaña"
Séneca

"El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás."
La Rochefoucauld

"El mayor peligro de engañar a los demás está en que uno acaba inevitablemente, por engañarse a sí mismo." Eleonora Dose

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Nicolás Maquiavelo:

Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos. En general los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver pero pocos comprenden lo que ven.

1948 - George Orwell


Se trata de esto: el Partido quiere tener el poder por amor al poder mismo. No nos interesa el bienestar de los demás; sólo nos interesa el poder. No la riqueza ni el lujo, ni la longevidad ni la felicidad; sólo el poder, el poder puro. Ahora comprenderás lo que significa el poder puro. Somos diferentes de todas las oligarquías del pasado porque sabemos lo que estamos haciendo.

Todos los demás, incluso los que se parecían a nosotros, eran cobardes o hipócritas. Los nazis alemanes y los comunistas rusos se acercaban mucho a nosotros por sus métodos, pero nunca tuvieron el valor de reconocer sus propios motivos. Pretendían, y quizá lo creían sinceramente, que se habían apoderado de los mandos contra su voluntad y para un tiempo limitado y que a la vuelta de la esquina, como quien dice, había un paraíso donde todos los seres humanos serían libres e iguales.

Nosotros no somos así. Sabemos que nadie se apodera del mando con la intención de dejarlo. El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura. El objeto de la persecución no es más que la persecución misma. La tortura sólo tiene como finalidad la misma tortura. Y el objeto del poder no es más que el poder. ¿Empiezas a entenderme?