- Detección de la falsa victima

A menudo, se trata de un acosador encubierto que no se percibe a si mismo como tal y que, consciente o inconscientemente, se presenta como víctima de acoso y ello es así dada la tendencia del acosador de hacerse pasar por víctima cuando es descubierto. En el falso mobbing el tipo de comunicación es paradójica, es decir manipulando el lenguaje; en cambio una verdadera víctima con un mobbing auténtico se comunica a través de un discurso genuino y veraz



Es sabido que el acosador atribuye o "acusa" a la víctima de sus propias intenciones como si se tratara de un espejo y le atribuye sus propios errores y sus propios miedos Hirigoyen, M.F (1999). González de Rivera, JL (2002). Piñuel,I (2001), por tanto no es de estrañar que en los procesos judiciales se presente como víctima de la persona verdaderamente acosada.

A menudo en el mobbing lo que primero llama la atención en el discurso del manipulador es esa sensación de que hay algo que no sigue una lógica. Ahondar en esa percepción en lugar de apartarla de nuestra mente será el primer paso para aprender a detectar a un experto manipulador de la comunicación como es el perverso organizacional. Es muy habitual que el acosador atribuya a la víctima actitudes de mala fe sin pruebas de ello. Una actitud abierta consiste en escuchar las intenciones que el acosador atribuye a la víctima, dado que nos darán los motivos íntimos del propio manipulador para acosar. El mobbing no busca el daño por el daño, busca que este daño genere un resultado. El acosador usa el lenguaje para manipular y esta manipulación se concreta en el uso de la incongruencia y de la contradicción, podemos afirmar que estos dos elementos están siempre presentes en todo discurso manipulador.

La explicación de su encaje en el perfil del acosador radica en que los tres tipos de personalidad (histérica, mitomaníaca y perversa) poseen dos ingredientes que le son comunes: la malignidad por un lado y la impermeabilidad afectiva por otro, con lo cual cualquier tipo de simulación es factible.

Citamos a Hirigoyen ( 1999: 117) " Los acosadores se defienden mediante mecanismos de proyección: atribuyen a los demás todas sus dificultades y todos sus fracasos y no se sienten culpables de nada. Se defienden asimismo a través de la negación".

A menudo el acosador llega a los tribunales acusando a su víctima (auténtica) de ser la causante de sus males. Según Hirigoyen (1999: 102) "Cuando tiene que justificar su odio, el perverso lo hace depender de una persecución por parte de su víctima. Se coloca así en una situación de legítima defensa ".

A menudo confluye en una misma persona dos tipos de alteracion de la personalidad, la perversa y la mitómana, estamos frente al denominado perverso-mitómano.

El perverso mitómano actúa esencialmente con malignidad, formulando falsas acusaciones y denuncias movido por su odio, despecho, celos y venganza o simplemente por el placer o diversión que le produce hacer el mal en otros. Un ejemplo de ello son las campañas difamatorias mediante cartas anónimas que ocasionan un clima de inquietud que a veces puede ser de bastante duración y revestir cierta gravedad, y que ha pasado a llamarse acoso virtual cuando se usan las redes virtuales para su difusión.

Según Hirigoyen ( 1999: 114) " En los perversos las decepciones producen ira o resentimiento, y un deseo de venganza. Cuando un perverso percibe una herida narcisista (una derrota o una repulsa), siente un deseo ilimitado de obtener una revancha. No es un reacción pasajera, sino de un rencor inflexible". Cabe señalar, también, una forma de "mitomanía vanidosa" frecuente, muy abundante entre acosadores que han llegado a una cierta posición en la organización, son los que se jactan y alardean de tener relaciones influyentes o importantes o pertenecer a determinados círculos. Generalmente estos personajes caen en el descrédito a poco de conocerlos (charlatanes y fanfarrones), pero en ciertas circunstancias pueden inventar o sugerir verdaderas historias de acusación y de autoacusación.

Nadie niega que existe un trasfondo anómalo o patológico en aquél que busca por la via de las falsas acusaciones, venganza, utilidad, resarcimiento, notoriedad, diversión, pero tal afirmación no puede generalizarse, ya que hay todo un grupo de sujetos que por diferentes motivos presentan una sola característica en común: la de presentar una voluntad consciente de fraude.

Hirigoyen (4) define al perverso organizacional como perverso narcisista. González de Rivera lo describe como afecto del transtorno por mediocridad inoperante activa o síndrome MIA (5) : "El individuo afecto de MIA es persistente, desarrolla facilmente una gran actividad (inoperante, por supuesto) y tiene un gran deseo de notoriedad y de influencia sobre los demás, que a veces alcanza tintes mesiánicos." y Piñuel (6) coincide en su naturaleza psicopática.

Según Field (7) " la respuesta estándar de un acosador en serie cuando se le considera responsable de su acción, y teme ver expuesta su falta de adecuación, su incompetencia, y el comportamiento desordenado, es responder con la estrategia de la negación y contraatacar fingiendo ser una victima. Es muy efectivo".

Los casos de fraude en las acusaciones de falso mobbing van a poder ser detectadas a través del análisis del lenguaje utilizado por el manipulador. Para el estudio de la manipulación en el lenguaje voy a basarme en un tipo concreto de comunicación que utiliza el perverso organizacional a saber la comunicación paradójica (8). Sabemos que para poder hostigar a otro ser humano el acosador habrá de ejercer dos tipos de manipulaciones, una dirigida al entorno de la víctima y otra dirigida hacia la persona acosada.

Para el acosador la manipulación dirigida al entorno tiene como finalidad convertirlo en su aliado, ya sea para que colabore en el hostigamiento o bien para que no haga evidente lo obvio y para ello lo único que le pide el acosador es que no haga nada. En una situación de denuncia por falso mobbing colaborar en el hostigamiento es negar a la víctima la presunción de inocencia, y no hacer nada consiste en no investigar en las motivaciones y en los mecanismos de acoso.

El entorno que no hace nada se convierte en colaborador tácito del acoso; en cambio la manipulación cuando va dirigida a la víctima tiene como objetivo dañarla y desestabilizarla. En un proceso de acoso psicológico la paradoja (contradicción) surge tanto a nivel del lenguaje como a nivel de la conducta, y en ambos casos hay violencia. La conducta es simbólica ( Perkins 2001) y se concreta en actuaciones y actitudes; así a nivel de la conducta se manifiesta tanto en la comunicación no verbal como en los actos de no comunicación.

En el acoso moral el lenguaje se pervierte, cada palabra oculta un malentendido que se vuelve contra la víctima elegida. Decimos que la manipulación del lenguaje es una herramienta propia del acosador psicológico, ya que pretende ocultar el ejercicio de la violencia por una parte, y por la otra hace un uso de información privilegiada para dañar.En el registro de la comunicación perversa, hay que impedir que el otro piense, comprenda, actúe; ya se trate de la víctima o del entorno.

La comprension de la manipulación del lenguaje (discurso) del acosador se realiza a través del estudio de los términos utilizados, los esquemas mentales, los planteamientos estratégicos y los procedimientos estratégicos, y en todos ellos existen unas claves para la detección del acosador a partir del lenguaje utilizado por él mismo, estas claves son la contradicción y la incongruencia. La contradicicón está en el discurso y la incongruencia en el razonamiento. Definimos la inconguencia como la falta de lógica o a la lógica desconcertante y la podemos encontrar en la totalidad del discurso y definimos como contradicción al conjunto de falacias, es decir a los argumentos falsos que propaga el manipulador, que incluyen las insinuaciones y los malos entendidos. Ya lo afirmó Hirigoyen (1999, 124) "Cuando un perverso ataca a su víctima, suele apuntar a los puntos débiles que se sitúan en el registro del descrédito y la culpabilidad".

En el discurso del acosador hay una contradición que no aparece en el discurso de la víctima. El emisor utiliza la contradicción intencionalmente. La contradicción incluye el uso de falsedades y de errores. La falsedad la vemos en el argumento que está sostenido sobre una mentira y en el razonamiento se oculta una equivocación o error (9). Según Hirigoyen (1999: 104) " Si la víctima reacciona y deja de comportarse como un objeto dócil, el agresor se considera amenazado y agredido. Quien, en un principio, había iniciado la violencia, se coloca ahora en posición de víctima. (...) El perverso intenta que su víctima actúe contra él para poder acusarla de "malvada".

Para desmontar el argumento falso hay que buscar las mentiras que lo sustentan y para ello hay que ir desgranando uno a uno los componentes del argumento a fin de hallar las pruebas que harán evidente la mentira que el acosador pretende hacer pasar por certeza. Hay que estar alerta y detectar las insinuaciones y los malos entendidos que constituyen la argumentación que justifica el hostigamiento a la víctima.

La contradición también incluye los errores en las acusaciones y éstos están ocultos en el razonamiento. Hay que hacer comprobaciones constantes para ir verificando uno a uno las razones esgrimidas por el acosador para estigmatizar a la víctima.

La lógica desconcertante del acosador provoca, su propia definición lo dice, desconcierto en el receptor y con ello el manipulador consigue uno de sus objetivos, a saber, el bloqueo de la acción del oyente. En el discurso del acosador podemos encontrar una lógica desconcertante o una ausencia de lógica, dado que existe una disonancia entre lo percibido y lo verbalizado. Según Hirigoyen (1999: 96 ) " El perverso destina todas sus estrategias a hundir al otro y, con ello, se revaloriza a sí mismo".

El conocimiento de estas claves nos proporciona cierta inmunidad frente a la manipulación. Ser menos vulnerables nos permitirá diferenciar al acosador de la víctima. La desacreditación de la víctima siempre proporcionará una ganancia para el instigador del acoso; el beneficio que el acosador adquirirá con el descrédito de la víctima no lo podría conseguir sin la utilización del hostigamiento.

Cito a Hirigoyen (1999: 129) "El agresor se siente fustrado. Su víctima se convierte en un reproche viviente, lo que la conduce a odiarla todavía más".

Es, precisamente, la adquisición fraudulenta por parte del acosador, de este fin último el que determinará si el mobbing ha sido o no beneficioso para el acosador.

El acosador se da por satisfecho en el momento en que recibe del entorno alguna ratificación de la eficacia de su disfraz. Ha logrado ser verosímil, ha burlado la verdad con la apariencia, pero como tiene conciencia de su trampa, no puede correr el riesgo de ser espontáneo. Lo abrupto, lo repentino entraña un riesgo. El riesgo es el de la irrupción de alguna contradicción que desmienta en forma irreversible la validez de su fingimiento. El falso mobbing promovido por un acosador que se hace pasar por víctima podrá ser descubierto evidenciando las contradicciones y las incongruencias en su discurso. La solvencia de su actuar está amenazada por las contradicciones inconscientes que lo acechan y, que la mayoria de las veces lo pone al descubierto. Sólo hace falta estar presto a detectarlo y opino que es una obligación ética por parte de todos los implicados poder determinar estos casos de falso mobbing.

Una resolución positiva de un caso de mobbing ha de contemplar que el acosador no consiga el objeto deseado, en caso contrario servirá como refuerzo de esta estrategia acosadora, con lo que es probable que el acosador vuelva a hacer uso de esta técnica que le ha sido tan provechosa para él y con ello que se instaure el acoso como una forma de operar habitual.

MARINA PARÉS SOLIVA (Editado)

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Nicolás Maquiavelo:

Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos. En general los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver pero pocos comprenden lo que ven.

1948 - George Orwell


Se trata de esto: el Partido quiere tener el poder por amor al poder mismo. No nos interesa el bienestar de los demás; sólo nos interesa el poder. No la riqueza ni el lujo, ni la longevidad ni la felicidad; sólo el poder, el poder puro. Ahora comprenderás lo que significa el poder puro. Somos diferentes de todas las oligarquías del pasado porque sabemos lo que estamos haciendo.

Todos los demás, incluso los que se parecían a nosotros, eran cobardes o hipócritas. Los nazis alemanes y los comunistas rusos se acercaban mucho a nosotros por sus métodos, pero nunca tuvieron el valor de reconocer sus propios motivos. Pretendían, y quizá lo creían sinceramente, que se habían apoderado de los mandos contra su voluntad y para un tiempo limitado y que a la vuelta de la esquina, como quien dice, había un paraíso donde todos los seres humanos serían libres e iguales.

Nosotros no somos así. Sabemos que nadie se apodera del mando con la intención de dejarlo. El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura. El objeto de la persecución no es más que la persecución misma. La tortura sólo tiene como finalidad la misma tortura. Y el objeto del poder no es más que el poder. ¿Empiezas a entenderme?