De acuerdo con un nuevo experimento, el mejor detector de mentiras es la resonancia magnética funcional, una máquina capaz de leer la actividad neuronal y distinguir el engaño en el cerebro. Mentir no es tan fácil como parece. Cuando las personas mienten sus cerebros tienen que trabajar mucho más para ocultar lo que realmente ocurrió. El mentiroso debe estar pendiente a muchas partes de su historia para que sus embustes no salgan disparados por algún lugar ni su deshonestidad se descubra con un pequeño error. Más aún, cuando se cuestiona al mentiroso, si no se trata de un caso patológico o una persona con una experiencia enorme en la mentira, el cuerpo es capaz de mostrar señales para reconocerlo.
La presión sanguínea cambia, los latidos del corazón aumentan, la respiración varía y el sudor característico de las falsas respuestas aparece en lugares claves como las manos, las axilas y partes del rostro. De hecho, en 1915, el psicólogo William Marston aseguró que una máquina sería capaz de detectar las mentiras midiendo todas estas variaciones, de esta teoría nació el polígrafo, un famoso detector de mentiras que ha sido utilizado, principalmente en Estados Unidos, para interrogatorios detectivescos.
La presión sanguínea cambia, los latidos del corazón aumentan, la respiración varía y el sudor característico de las falsas respuestas aparece en lugares claves como las manos, las axilas y partes del rostro. De hecho, en 1915, el psicólogo William Marston aseguró que una máquina sería capaz de detectar las mentiras midiendo todas estas variaciones, de esta teoría nació el polígrafo, un famoso detector de mentiras que ha sido utilizado, principalmente en Estados Unidos, para interrogatorios detectivescos.
Sin embargo, el año pasado, la Academia Nacional de Ciencias estadounidense publicó un reporte donde aseguraba que luego de varios estudios descubrieron que el detector de mentiras no es objeto de fiar y que cualquier mentiroso es capaz de controlar sus reacciones fisiológicas y engañar al operador. Pero las señales del cerebro serían difíciles de enmascarar. Si pudiéramos leer las neuronas del mentiroso tendríamos un instrumento mucho más fiable para detectar el engaño. Curiosamente, este instrumento ya existe en los mejores hospitales del mundo. Se trata de la máquina de imágenes a través de la resonancia magnética funcional o fMRI que es capaz de leer la actividad en el cerebro y se ha utilizado intensamente en este nuevo siglo para estudiar la conducta y los procesos de cognición entre las neuronas y, principalmente, para detectar tumores y problemas neurológicos.
Varios psicólogos en el mundo, principalmente en el Reino Unido y Estados Unidos, han estado utilizando la resonancia magnética para descubrir mentirosos. De acuerdo con el más reciente estudio, elaborado en la Universidad de Temple, en Pennsylvania, estas máquinas son los mejores detectores de mentiras. Un equipo dirigido por el radiólogo Scott Faro, ha descubierto las áreas cerebrales que se activan cuando mentimos y está seguro que cualquiera puedes detectarlas usando una de estas máquinas. “Es la primera vez que comparamos una MRI con un polígrafo y hemos comprobado su efectividad. En cada caso, la máquina distinguió al mentiroso del honesto. Además, es mucho más confiable que un polígrafo porque será muy difícil esconder las señales en el cerebro”, expresó Faro en la reunión anual de la Sociedad de Radiología Americana. “El único problema que tendríamos que resolver es el de costos. Estas máquinas son muy caras para utilizarlas en investigaciones. Sólo los casos más importantes recibirán esta ayuda en el futuro”.
Las neuronas más mentirosas: De acuerdo con el equipo de investigadores, el cerebro del mentiroso está más iluminado que el de la persona honesta. Al parecer, el embustero tiene que esforzarse más para ocultar sus mentiras. “Observamos cómo partes pequeñas de distintos lóbulos, específicamente el temporal, el frontal y el límbico, se iluminaban cuando la persona mentía”, expresó Faro. Los científicos utilizaron 11 voluntarios y seis de ellos dispararon una pistola de juguete y se les pidió que mintieran al respecto. Un grupo control de cinco no disparó y dijeron la verdad. Los voluntarios estaban dentro de las máquinas cuando se les cuestionó.
Flujo de sangre: La magia tecnológica del magnetismo. La resonancia magnética funcional mide el flujo de sangre en el cerebro. Cuando pensamos o realizamos alguna actividad, el área cerebral que se encarga de hacerla necesita oxígeno para llevarla a cabo. La sangre es el transporte que lleva el oxígeno requerido al lugar preciso. Los imanes en la máquina reciben las señales magnéticas de los átomos de oxígeno que andan adheridos al hierro en la sangre. Cuando las neuronas se activan, más sangre llega al área activada y la señal es más fuerte en la máquina.
http://www.elcaribecdn.com
0 comentarios:
Publicar un comentario